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(Por Popo Astudillo Méndez)

Está de moda hablar del Covid-19, que no es otra cosa que una variedad de gripe muy agresiva, la misma ha alcanzado la categoría de pandemia, es decir, por el momento no hay cura para quienes han contraído este mal. Lo cierto es que a través de todos los siglos que cuentan para la humanidad, siempre han existido enfermedades que han diezmado a poblaciones enteras; en la oscura edad media las pandemias como el tifo, cólera, gripes, la peste negra y el sarampión, casi acabaron con poblaciones enteras; esta última fue traída por los españoles cuando conquistaron la gran Tenochtitlan; un dato, el sarampión les fue de mucha ayuda a los conquistadores para sus objetivos, pues la población del nuevo mundo no tenía defensa biológicas para esta nueva enfermedad.

Continuemos con el Covid-19, es muy difícil que este tome carta de residencia en tierras guerrerenses, el clima caliente no lo dejaría propagarse; a lo que debemos temerle los sureños, es a los movimientos de tierra. Es casi un hecho que los juegos olímpicos a celebrarse en Japón se van a suspender, por muy obvias razones, ya muchas ligas de futbol en Europa han tomado esa decisión; así como eventos masivos para evitar la propagación de lo inevitable. Porque después de China, los ojos del mundo están puestos en Italia en cuanto a esta nueva enfermedad, allí les va el dato; el norte de aquella lejana nación es poderosamente económica; allí están sus grandes industrias y concentra a la mayor población china en el mundo, sólo rebasada por Estados Unidos, y esta gente industriosa es mal vista por los italianos; quienes aducen que los chinos no inventan nada, simplemente todo lo copian. Les suena familiar esto.

En resumen allí en Italia, hay una fuerte pugna por el control comercial, Termino de contarles la película. En Sudáfrica en la década de los setenta y ochenta, en lo más duro del Apartheid –la segregación de la raza negra en pocilgas-, el gobierno de ese país –puro blanco- hechó andar un maligno proyecto llamado Coast Proyect, a cargo de un médico llamado Wouter Bassons, este lindura de programa estaba encaminado a contaminar biológicamente a cierto tipo de alimentos, he aquí una lista. Cigarros contaminados con ántrax; leche, wisky y chocolates envenenados con bacterias de botulismo; azúcar mezclada con bacterias de salmonelosis.

Todo repito para el exterminio de nuestros hermanos negros. Continúo comentándoles mi teoría de los chinos radicados en Italia, ninguno se ha infectado del Covid-19, y si hay casos son aislados de los miles de asiáticos que allí radican. En conclusión, existen nuevas enfermedades que no nos trajeron los extraterrestres; que no nos cayeron del cielo, sino nuevas enfermedades inventadas por el “homo sapiens”, para eso, para su propia destrucción. Este caso no es nuevo, es tan viejo como Matusalén. Pandemias que salen de laboratorios por descuido o intencionalmente. ¡No van a venir los extraterrestres a aniquilarnos, para eso nos bastamos solos!

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