EL MUNDO QUE HEREDAMOS

EL MUNDO QUE HEREDAMOS
(Por Popo Astudillo Méndez)
¿Qué heredamos Kemo Sabi? Para nada, el que esto escribe vivió con intensidad las primeras etapas por las cuales pasa un ser humano. Proteste puntualmente en mi lejana juventud contra el orden de las cosas. El stablisment le llaman los políticos. Los de mi generación; los que ya rebasamos los cincuenta años nos opusimos férreamente contra las transnacionales; contra la intervención imperialista; contra las termoeléctricas. Era el “Che” Guevara el icono que no faltaba en las paredes de nuestros cuartos. Buscamos esos adolescentes en bancarrota, un mundo mejor, lo menos contaminado posible; una justa y equitativa repartición de la riqueza, banderas que hasta la vez enarbolamos; ya no con ese entusiasmo, pues en ese afán de cambiar al mundo, el mundo nos termina cambiando. Muchos de mi generación quisimos convertir el mundo en un Paraíso y terminamos convirtiéndolo en un infierno. Y al escribir este artículo me curo en salud, por si mi hijo me pregunta ¿y tú que hiciste papá para mejorar este mundo? De continuo cito que el futuro nos alcanzó.
Comencemos: Yo provengo como la mayoría de mexicanos de una familia numerosa, en las décadas de los cincuenta y sesenta, las familias estaban integradas por diez; doce; catorce y hasta dieciséis miembros contando a papá y a mamá; de allí el chiste de que nuestros padres no veían televisión. La siguiente generación, el número de integrantes fue en descenso, seis o cuatro miembros por familia y las familias que forman nuestros hijos e hijas, son de tres miembros; papas y un solo hijo o hija; ya ni el parcito buscan. Son la generación llamada de los millenials, cuyas aspiraciones son de asombrarse; y la principal diría yo, es la de no formar una familia; misma que de acuerdo de puntos de vista religiosos y jurídicos son la base de la sociedad. Tampoco está dentro de sus metas el de tener un trabajo formal. Buscan afanosamente tener un nivel de vida como nos muestran las películas idiotas y aburridas que por miles se filman en Estados Unidos. El tipo de vida americana. Por ello y más, muchos jóvenes no se casan; para que se preguntan en sus fueros de su sinceridad: ¿Para traer a sufrir niños al mundo? ¿Para adquirir compromisos? Con estos pensamientos detectamos “los rucos” que esta generación tiene problemas de confianza y razones no les faltan. La generación que les antecedió les falló; con la corrupción, la violencia y las drogas. Cada generación de jóvenes viene más apresurada. Los hemos educado para ganar dinero de la forma que sea, les hemos metido en la cabeza, como droga letal que el dinero y lo que representa, carros, viajes, mujeres hermosas etcétera, es por lo que se vive en esta vida. Hemos como adultos descuidado su aspecto espiritual. No solo de pan vive el hombre, dicen que dijo Jesucristo.
Hubo generaciones pasadas, que no descuidaron a su infancia y juventud, como los griegos, los aztecas, por citar solo dos casos. Creo firmemente que a los millenials les asiste la razón; hasta que no venga otro Renacimiento en la humanidad, esta va directa a su extinción, porque en el caos ya está. Este es el mundo que les hemos heredado a nuestra infancia y juventud. El consejo pásela bien y lo mejor que pueda y con los suyos, siempre por la derecha y no descuide su lado espiritual porque mundo allí te quedas y suerte a los que vienen. Esto último suena egoísta, pero tiene mucho de verdad.