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Como me fascina hablar y escribir sobre el tiempo. Como arbitro de futbol algunos jugadores ingenuamente me piden que pare el tiempo, ja, cosa muy fácil. Lo cierto que el tiempo en partido de futbol tiene su significado; el primer tiempo inicia con un silbatazo mediano y corto, como el llanto de un recién nacido; al finalizar este tiempo, estamos arribando a la mitad de la existencia, viene un descanso de escasos diez minutos, de reflexión; como para planear lo que viene; como cuando cumplimos cincuenta años y nos preguntamos de aquí para donde. Se reanuda el partido, ya no hay tercer tiempo, así que aprovechar lo que queda del partido, de la vida por así decirlo.

Termina el partido con un silbatazo largo, a veces ese silbatazo se escucha lúgubre, como si anunciara el termino de la vida, de una vida, y en esta situación es preferible seguir jugando, es decir seguir viajando, porque muchas veces no queremos llegar al final del partido, al final de la vida. Lo cierto es que el tiempo es algo que no podemos ver pero sabemos que existe; es algo que no podemos agarrar con las manos pero también sabemos que no se detiene. ¡Ay! De aquellos que no saben que ya se les pasó su tiempo y tratan de aferrarse al mismo como las zarzas a las rocas, soñando en tiempos pasados. El tiempo es un anciano de cabello y barba blanca, y es tan sabio que te retira de tu vida laboral, deportiva y sexual. Cuando llegas al tiempo en que tienes que jubilarte, la rutina de tu empleo ya te fastidió, y llegas y te sientas en tu escritorio y refunfuñas mascullando “che” viejo apestoso; nada que ver con ese jovencito que llegó lleno de vida y con mucho entusiasmo de progresar en su nuevo empleo; o cuando te da mucha flojera para ir ha hacer ejercicio o ir a trotar al deportivo. O cuando descubres que tu potencia sexual va con retroceso, sabes que te estas haciendo viejo y tal vez pienses en esos estimulantes sexuales que ponen en riesgo tu corazón. Mas sin embargo, el tiempo es el mejor maestro; pero es un maestro que poco a poco va matando a sus alumnos.

Pero que absurdo es el hombre, que contradictorio; después de resolver su vida busca como matar el tiempo, es cuando el hombre inventa el pasatiempo. Para el norteamericano “Time is Money”, tiempo es dinero. Para el indio mexicano el tiempo tiene otro significado; la imagen de un indio dormido a la sombra de un nopal, vestido de manta, sombrero y gaban, no es una figura arbitraria. No esta dormido, piensa en sus dioses, en sus muertos, en su vida, en sus mitos, trata de dar sentido espiritual a su existencia, para los indios la división es clara entre el tiempo de trabajo, generalmente sacralizado, el tiempo de los rituales y de las fiestas. Mas sin embargo, nunca mires al tiempo de frente, puede hacerte daño.

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