INFANCIA ES DESTINO

INFANCIA ES DESTINO
(Por Popo Astudillo Méndez)
Sin duda alguna Lionel Messi tiene y tendrá muchos biógrafos; por la importancia que tiene en su natal Argentina y en el contexto mundial. A un jugador superdotado se le detecta desde la infancia; y así es el caso de este fenómeno del futbol como lo es la “pulga”, así llamado en la ciudad de Rosario y en el resto de aquel país sudamericano. De esta ciudad también lo son Cesar Luis Menotti y Marcelo Bielsa, grandes, grandes estrategas de grandes equipos y selecciones. Ninguna biografía empieza con la fecha de nacimiento del biografiado. Hijo de Celia y Jorge, Messi nació en la Provincia de Santa Fe, un día de San Juan de 1987.
Desde su infancia mostró ese carácter fuerte que lo hizo triunfar, pues ese niño que ni podía ser detenido por algún defensa, se enfrentó a una cerradura descompuesta –ojo., iba iniciar el partido y el niño golpeaba la puerta sin que nadie lo escuchara. Se disputaba en esa final el mejor trofeo del mundo que pudiera soñar un pequeño una bicicleta. Otros niños se hubiesen puesto a llorar en una esquina de aquel baño; pero la “pulga” busco opciones y opto por romper un vidrio y salió a enfrentar a su destino con una determinación de adulto, mostrando su carácter a tan temprana edad. Pero se le iban a presentar más cerraduras averiadas en la infancia de este futuro astro, tenía ocho años cuando sus padres detectaron baja estatura. Lo llevaron al médico y supieron que le faltaba una hormona que permite el crecimiento. Mas sin embargo, había remedio; pero este costaba una fortuna para los padres de ese niño, el medicamento costaba mil quinientos dólares al mes. Recibieron el apoyo de dos compañías de Rosario. Una vez al día Leo se inyectaba en la pierna con una determinación insólita en una personita de ocho años. Desde entonces su destreza solo sería superada por su voluntad.
Su ciudad natal, también vio nacer a otro superhombre-Superman dijeran los gringos como lo fue el “che” Guevara; a Fito Páez y otros inconformes más. Lionel Messi comenzó a deslumbrar a propios y extraños con el dominio de balón a tan temprana edad, su talento era único. El niño debuto en el equipo del barrio el Gran doli, escuadra donde todos los niños de la barriada querían jugar. Su primer técnico fue Salvador Aparicio, a sus sesenta años, Aparicio había visto a toda clase de pibes jugar en su “potrero”, pero ese “pibe” lo deslumbro. “Infancia es destino” escribió el psicoanalista mexicano Santiago Ramírez y así, en el cabalístico año 2000, este niño cruzo el océano para probarse en el Barcelona, el equipo blaugranes, que es más que un club. Carles Rexach entrenador del Barca, lo contrato de inmediato. Para tranquilizar a la familia, el técnico firmo el contrato; en el que se comprometía a velar como tutor por el niño.
Pero que paradójico es el mundo, no hay felicidad completa Messi triunfo en el Barcelona, el Camp Nou fue el testigo; consiguió cinco balones de oro; pero no ha conseguido triunfar con el seleccionado argentino. Un evento traumático para ese niño que a través de su vida logro vencer varias cerraduras y muchos obstáculos más. Dicen los que saben, que todos los adultos llevamos un niño adentro, y que esto se manifiesta cuando somos espontáneos. Cuando reímos, cuando lloramos, cuando jugamos al futbol; y cuando un hombre juega como el niño que quiere una bicicleta, entonces es el mejor futbolista del mundo.