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(Por Popo Astudillo Méndez)

Me gusta de citar continuamente a Edson Arantes do Nacimento, mejor conocido como “Pelé”, para mi modesto punto de vista el mejor futbolista del mundo. Su principal cualidad, la humildad; y debe saber el lector que este atributo es la madre de todos los hemiciclos. Hago un alto en este escrito para sugerirles a los lectores que palabra que lean en este o en cualquier artículo, y desconozcan el significado de la misma, háganse un favor; remítanse al diccionario o investiguen vía celular, y así enriquezcan su vocabulario, porque los medios impresos también aportan conocimientos y cultura, continuemos. Me inspiró este valor supremo de unos cuantos mortales, porque en el medio futbolero en Chilpancingo, han surgido una decena de árbitros, prepotentes, soberbios y sobrados de sí mismos, que para ser completos como profesionales que son, les falta humildad en el trabajo que desempeñan y va esta crítica constructiva para los Uriel Nájera, Valladares, Galeana y los que se apunten, repito, puntualizo y resalto, critica en buen plan, de buena leche. Por qué no, deportistas completos como Pelé. Jóvenes árbitros con unas ganas no de progresar profesionalmente; sino con un entusiasmo y ahínco de salir rolados con el mayor número de partidos semanalmente. Con la capacidad de pararse en canchas como la de Mezcala, Zumpango, Tierra Colorada, Valle de Ocotito y en su tiempo la cancha de la Galeana y el mismo Club de los Ángeles de los famosos años ochenta y noventa. Ojala este modesto escrito llegue a los ojos de los papás de estos jóvenes y les den el sano y buen consejo.

El mismo Lionel Messi, tiene su grado de humildad, por cierto este jugador menudito no tiene tiempo ni necesidad de chocar con futbolistas de estatura elevada y corpulentos, porque sabe anticiparse al contrario y sabe tocar el balón en el momento preciso. Favor de leer la biografía de este formidable “fenómeno” del balompié. Hoy en Chilpancingo pululan las escuelas de futbol, bien por los pequeñines cuyos padres pueden pagarles el curso en estos centros deportivos, y espero que en los mismos, los profesores les inculquen a estos niños y jóvenes la cualidad de Pelé y Messi, porque es decepcionante que a esta corta edad el pequeño finja una lesión y se revuelque en el empastado tratando de imitar a su ídolo de televisión fingiendo una lesión. Del anecdotario, allá por la década de los noventa, cuando a nivel nacional empezaba la efervescencia de las llamadas escuelas de futbol, llegó a Chilpancingo un individuo que se decía representar a las fuerzas inferiores de las “Chivas” del Guadalajara, rápido convenció a un buen número de padres de familia del proyecto que traía para esta ciudad, utilizando para sus aviesos fines, el mismo auditorio del H. Ayuntamiento. Obvio cobrando por niño una fuerte cantidad de dinero. Ya con la plata en la mano, tomó las de Villadiego, engañando terriblemente a los papás.

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