LA PENA MAXIMA

¡¡¡Penalti!!! Grito a todo pulmón Cristóbal Colón en aquella tarde del 12 de octubre de 1492, cuando con sus naves –la Pinta, la Niña y la Santa María- arribaba a las arenosas playas de lo que más tarde sería la Villa Rica de la Vera Cruz, puesto que con su catalejo no perdía detalle de la gran final del torneo Mesoamericano, cuyos protagonistas eran los poderosos equipos de la gran Tenochtitlan y el anfitrión Atlético Coatzacoalcos. No, la manga, no grito tierra, sino penalti, pues ya casi al finalizar el partido de futbol, un jugador local originario de Zongolica, le dio tremendo patadón por detrás a un rival en el área de los dieciséis cincuenta, sin que mediara coco de por medio. Para esto Cristóbal Colon y sus acompañantes, ya llevaban meses sin bañarse, traían el pelo largo y la piel sudorosa; hicieron pie a tierra y lo primero fue clavar el palo de una gran banderola del equipo Barcelona, pidiendo luego un amistoso con el campeón Tenochtitlan.
Otras escuadras participantes fueron: Palenque, Mitla, Monte Albán, Uxmal, Texcoco, Teotihuacán y Chilpancingo. En tanto en el suelo, unos laboriosos indígenas dibujaban en papel amate, papel crujiente, las tres naves que habían llegado, sus ocupantes, sus vestimentas, su color de piel. Eran los tlacuilos –primeros pintores- que fielmente retrataban a los visitantes. Terminando de dibujar, enrollaron sus papeles y se fueron corriendo a Tenochtitlan para informarle a Moctezuma de la llegada de los forasteros, y para también comunicar que la Metrópoli había sido campeona de un torneo más.
Lo cierto es que el penalti es la marcación más controvertida que se puede dar en un encuentro de fut-bol; después le sigue en escala de peligro el fuera de juego o también llamada fuera de lugar. El equipo sancionado por un penal, generalmente no acepta que uno de sus miembros cometió la infracción. Y ante tal marcación los “ofendidos” hacen todo un teatro para que el silbante dé marcha atrás; más si el de negro es de experiencia con toda la calma de Job camina hacia el manchón penal; quizá las protestas no lleguen a más como suele ocurrir, se serenan los ánimos y se lleva a cabo la cobra de la falta. Dicen los enterados que un penal es medio gol, pero los hechos han echado abajo esa teoría. Dicen los enterados –y esto hay que investigarlo- que Edson Arantes Do Nascimento, mejor conocido como Pelé, afirmó lo siguiente: “El penal es una forma cobarde de conseguir un gol”. Habría que investigar esto último. Lo cierto que en un penal, se han definido grandes victorias, así como grandes derrotas. Recuerden que las victorias tienen muchas paternidades y las derrotas siempre son huérfanas. Pero que la marcación de un penal no sea motivo para que las cosas pasen a mayores, no, como el de llegar a la agresión de un silbante.