=LAS POSADAS DE MI BARRIO=

=LAS POSADAS DE MI BARRIO=
(Por Popo Astudillo Méndez)
Una mañana fría de diciembre del año 1974, se corrió la voz entre la juventud del barrio de San Antonio, que se invitaba a la muchachada a una posada baile en las calles Brigida Chávez de Garzón, el anfitrión, Don Abundio Morales, personaje trabajador, que año con año, enseñaba la danza de los diablos moros. Gente como Don Abundio, forjaron a mi barrio, San Antonio es lo que es, por ciudadanos como el personaje citado. Asi que las muchachas bonitas se prepararon con tiempo para tan esperado evento, buscando sus mejores prendas que lucir en la posada; muchachas casaderas, en edad de merecer y también una que otra adelantada de trece o catorce años, también se prepararon. Los jóvenes por igual, arribaron a la festividad decembrina oliendo a estreno. El ambiente musical fue amenizado por “Chico Consolon” y los “Negritos”. Tocandose las canciones de su tiempo. Ya en plena festividad arribó un joven, al cual le endilgaban la muerte de una señorita, allá del pueblo serrano de donde venía. Hecho no comprobado, pues el señalado andaba tan campante como Jonhy Walker. Pero la fama es la fama, decía vox populi, que había asesinado a la joven por el solo hecho de que no quizo bailar con él. Asi que cuando decididamente se dirigió hacia un grupo de señoritas debidamente sentadas esperando que las sacaran a bailar. Este ramillete de flores preciosas empezaron a temblar mas de miedo que de frio invernal; el joven apuesto se decidió por la mas hermosa, diciéndole el clásico: “bailamos señorita”, esta con más temor que emoción le contestó: “Como que no joven”, y a darle duro al taconazo.
Las posadas son fiestas populares que se celebran los nueve días antes de la Navidad, del 16 al 24 de diciembre. Recuerdan el peregrinaje de María y José desde su salida de Nazaret hasta Belén donde busca un lugar donde alojarse para esperar el nacimiento del niño Jesús. Celebración llena de símbolos y analogías. La piñata debe tener siete picos que representan los siete pecados capitales. Debe estar llena de dulces que representan la gracia de Dios, la venda en los ojos representa la fe ciega, el palo a Dios. El acto de romper la piñata representa lo siguiente. Cada uno de los participantes con fe ciega (ojos vendados) con la ayuda de Dios (el palo) se dispone a combatir el pecado (intentar golpear la piñata) el público presente ayuda e indica el camino a seguir, para lograrlo es ayudado con gritos, y cuando finalmente logra vencer al pecado ( romper la piñata) la gracia de Dios (los dulces) se derraman sobre la nutrida concurrencia, en su mayoría chiquillos, que son los que más gozan estas festividades. De aquel barrio que conocí hace más de cincuenta años, prácticamente ya no queda nada, desaparecieron sus calles empedradas, sus casas de teja, de adobe grueso, sus panaderías que con sus sabrosos olores nos indicaban que ya estaba el pan, el bolillo y la semita; su antiguo parque con bancas de madera y fierro forjado, sus mismas fuentes de agua, la circular de la ranita de piedra al centro, y la de la víbora de fuente rectangular. Como fiel testigo, la iglesia del santo patrono, que de muy continuo va despidiendo a sus feligreses, de aquel Barrio prácticamente ya no queda nada, como si todo hubiera sido un espejismo.